Si hubiera sabido lo que ocurrió habría vivido de otra manera. No mi vida entera sino este día, o al menos unas pocas horas de este día. Las habría modelado como un escultor la arcilla. ¿Será posible hacer algo así? Darle a la vida la forma del deseo. ¿Será posible?
No lo sabré porque como siempre ocurre el día vivió en mí.
Sol de otoño y árboles desnudos, cúmulos de hojas en las calles. No puedo pensar. Solo fragmentos de memoria, imágenes y tu nombre. Imágenes revoloteando como pájaros perdidos, oscuros. El impacto y el chirrido de los hierros de la moto resbalando en la calle. Intento hablar. Distingo un brazo que se acerca entre voces y el tiempo se interrumpe. Pervivo en una débil hebra que hilvana cuentas y cascabeles que tintinean. Creo estar vivo. Si esa hebra se rompiera me perdería. Si el tintineo se extinguiera me perdería. Siento miedo de quedar a oscuras. Aparecen más brazos y el agudo silbido de una sirena. Otra vez tu nombre, al menos tu nombre en la arcilla de este día.